Nana
vieja
Margaret
Wild/Ron Brooks
Ediciones
Ekaré, 2000/2008
+3
(Reseña publicada en la Revista Adiós nº108 pp 26-27)
¿Cómo despedirse
de todo aquello que se quiere? ¿Qué podemos hacer para acompañar a
alguien en esta despedida? Nana Vieja y Chanchita, su nieta, llevan
mucho tiempo viviendo juntas, compartiendo el día a día. Una
mañana, Nana Vieja no se levanta a desayunar y Chanchita tiene que
encargarse de todas las tareas. Al día siguiente, aún débil, la
abuela se levanta con un montón de tareas que hacer antes de que
llegue la noche.
Este álbum se ha
convertido en un referente de la Literatura Infantil sobre cómo
afrontar la muerte, la propia y la de alguien querido, cómo
compartir ese momento que puede convertirse en el de amor máximo,
tanto del que se va como hacia el que se va.
Se trata de un
cuento con dos historias. Guiados por el narrador, a través de
Chanchita vemos, por un lado, cómo la abuela se prepara para morir
y, por otro, cómo la propia nieta vive no solo la despedida sino
todo el proceso de acompañamiento a alguien que se va. El hecho de
que los personajes sean animales “humanizados”, los tonos cálidos
y los trazos casi impresionistas de las ilustraciones, los silencios
que se intuyen... Todo aporta a una visión muy natural y afectiva de
la muerte.
Poder despedirse
es una suerte. Dejar las cuentas claras y todo bien atado. Llegar al
final con la consciencia necesaria para poder hacerlo nos permite
agradecer a la vida todo lo que hemos disfrutado con y de ella. Y
acompañar a alguien en su despedida es una oportunidad única de
aprender una lección, otro paso más de la vida en común, un
momento que puede convertirse en un regalo cuando se da y se ofrece
desde el amor que se ha compartido.
Nana
Vieja
es un canto a las cosas sencillas que llenan el equipaje de nuestra
existencia. Una última visita, una despedida consciente que nos
invita a llegar a la muerte con la mochila ligera y rebosante de
sensaciones y agradecimientos a la vida.
Tiene buena pinta Javier, pero me ha dejado un poco triste, será porque ya estoy montada en el último vagón de la vida. Ya me gustaría a mí despedirme de los mios de esa manera. Felicidades.
ResponderEliminarBesitos de la abuela Ángela.