viernes, 5 de diciembre de 2014

Nana Vieja

Nana vieja
Margaret Wild/Ron Brooks
Ediciones Ekaré, 2000/2008
+3
(Reseña publicada en la Revista Adiós nº108 pp 26-27)
¿Cómo despedirse de todo aquello que se quiere? ¿Qué podemos hacer para acompañar a alguien en esta despedida? Nana Vieja y Chanchita, su nieta, llevan mucho tiempo viviendo juntas, compartiendo el día a día. Una mañana, Nana Vieja no se levanta a desayunar y Chanchita tiene que encargarse de todas las tareas. Al día siguiente, aún débil, la abuela se levanta con un montón de tareas que hacer antes de que llegue la noche.
Este álbum se ha convertido en un referente de la Literatura Infantil sobre cómo afrontar la muerte, la propia y la de alguien querido, cómo compartir ese momento que puede convertirse en el de amor máximo, tanto del que se va como hacia el que se va.
Se trata de un cuento con dos historias. Guiados por el narrador, a través de Chanchita vemos, por un lado, cómo la abuela se prepara para morir y, por otro, cómo la propia nieta vive no solo la despedida sino todo el proceso de acompañamiento a alguien que se va. El hecho de que los personajes sean animales “humanizados”, los tonos cálidos y los trazos casi impresionistas de las ilustraciones, los silencios que se intuyen... Todo aporta a una visión muy natural y afectiva de la muerte.

Poder despedirse es una suerte. Dejar las cuentas claras y todo bien atado. Llegar al final con la consciencia necesaria para poder hacerlo nos permite agradecer a la vida todo lo que hemos disfrutado con y de ella. Y acompañar a alguien en su despedida es una oportunidad única de aprender una lección, otro paso más de la vida en común, un momento que puede convertirse en un regalo cuando se da y se ofrece desde el amor que se ha compartido.
Nana Vieja es un canto a las cosas sencillas que llenan el equipaje de nuestra existencia. Una última visita, una despedida consciente que nos invita a llegar a la muerte con la mochila ligera y rebosante de sensaciones y agradecimientos a la vida.



1 comentario:

  1. Tiene buena pinta Javier, pero me ha dejado un poco triste, será porque ya estoy montada en el último vagón de la vida. Ya me gustaría a mí despedirme de los mios de esa manera. Felicidades.
    Besitos de la abuela Ángela.

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