miércoles, 30 de octubre de 2013

¡Ya está aquí el Pastel de Moras!



¡Por fin! Ya tenemos el Pastel de moras en casa. Y ha quedado francamente bien. Es un libro en el que los que me conocen verán bastante de mí. Jaume Gubianas y yo llevamos mucho tiempo trabajando con estos personajes en diferentes formatos (Álbum, cuento, novela...) y cuando surgió la idea de esta historia no dudamos ni un instante: era lo que necesitaban. Un lugar donde buscar aventuras, crecer un poquito, trabajar juntas para ayudar a Perico a llenar la luna de cosas ricas.

Lucía y Raquel son hermanas. parecen iguales, pero ya se encargan ellas de dejar claro que son muy diferentes. En una de las cosas que sí coinciden es en que les gusta Cilledo, el pueblo de sus abuelos. Y más cuando la abuela les encarga tareas tan emocionantes como comprar los ingredientes para hacer un pastel de moras a un invitado muy especial.
¿Habrá suficiente azúcar? ¿Se presentará el invitado finalmente? Y, sobre todo, ¿Qué tienen que ver los Reyes Magos en todo este lío?
Muchas gracias a Algar Editorial por confiar en este proyecto. Espero que os guste, repitáis e invitéis a los amigos a este Pastel de moras.








viernes, 25 de octubre de 2013

Día de las bibliotecas

Ayer se celebró el día de las bibliotecas y los bibliotecarios. Os dejo aquí unas reflexiones que escribí hace un tiempo para el 15 aniversario de la biblioteca de Mollerussa.  En ellas podréis conocer al auténtico don Cruz, el bibliotecario de "Tras los pasos de un zapato. 
Don Cruz siempre fue viejo. Tenía el pelo tan blanco, peinado con una impecable raya en medio, que recordaba a un cuaderno nuevo abierto al azar. Cogía el bolígrafo casi por la punta y más que escribir grababa las letras sobre el papel. Y no solo prestaba libros. A veces los regalaba. Él es mi primera imagen de biblioteca.

También me acuerdo de Sira que, un martes de noviembre por la mañana, me regaló un paseo por la playa. Recogimos conchas mientras hacíamos un campeonato de recuerdos de infancia sobre libros y lecturas:
Javier: Por la noche, yo leía con mi linterna, debajo de las sábanas.
Sira: Mi padre me desenroscaba las bombillas de la habitación y yo tenía que asomarme a la ventana, para atrapar la luz de una farola.
J: Yo quería ser librero.
S: Yo bibliotecaria y, si no, vivir en una cárcel, sin nada más que hacer que leer libros.
Me ganó por goleada, aunque yo cogí mas conchas.

Sólo en tercer lugar aparece mi madre: bibliotecaria. Ya le he pedido disculpas y me ha dicho que lo entiende. Nadie es profeta en su tierra. Además, los libros a su cargo, sobre todo, eran de leyes.
Después, me vienen algunas cosas que he aprendido leyendo:
Nada es imposible.
Hay libros que cuentan más de una historia.
Los mundos que alguna vez he soñado, existen. Y alguien ya ha estado allí.
Hay palabras afiladas.
Las mejores historias no siempre son las más largas.
Ni las que tienen más dibujos.
El mundo sigue girando si dejas a medias un libro que te aburre.
Eso que siento cuando, todas las mañanas, me recreo mirando la curva de su espalda, se puede explicar con palabras.
Con menos de mil palabras se pueden dibujar fantásticas imágenes.
Las historias pueden continuar más allá de la última página.
Entre páginas, los viajes en tren son más cortos de lo que parecen.
Y entre libros, quince años dan para muchas historias, cultura, mundos, sueños, dibujos, ilusiones, viajes, encuentros, lecturas solitarias y compartidas... Regalos para todos los que los han disfrutado.
Felicidades.

viernes, 11 de octubre de 2013

Cada vez más cerca...

Antes de los libros de Pastel de moras, ha llegado a mi casa un regalo muy especial que me gustaría compartir con vosotros:

Ha sido una sorpresa fantástica: la portada del libro en acuarela, obra de su ilustrador, Jaume Gubianas.
¡Gracias, amigo! Tendrá un lugar privilegiado en la pared de mi espacio de trabajo.